Los primeros años de vida son
fundamentales y marcan una precondición para el futuro desarrollo, tanto en el
plano de las capacidades cognitivas (memoria, habilidades motrices, lenguaje,
entre otras); asi como también de las capacidades afectivas del ser humano.
John Bowlby, psicoanalista inglés
interesado en el desarrollo infantil, ideó su llamada ‘teoria del Apego’, la
cual establece que el bebé posee una necesidad de formar vínculos afectivos de
mucha cercanía, de modo que se constituya una ‘base segura’ para la exploración
del mundo que lo rodea. El apego, conducta de base biológica, se define como la
búsqueda por parte del bebé, de proximidad y cercanía física de una o más
figuras específicas de su entorno. Dicha búsqueda se traduce en conductas como caricias,
abrazos, sonrisas, deseo de ser sostenido, entre otras. Mantener los vínculos
de apego brinda una seguridad que permite afrontar y tolerar sentimientos como
ansiedad, frustración, angustia y soledad.
La conducta de apego es fácilmente
visible en los bebés, sobre todo cuando se encuentran en una situación o
ambiente desconocido. En dichas circunstancias tratarán intensamente de
localizar a las figuras de apego.
La conducta de apego no finaliza en
la infancia, sino que continúa durante la vida adulta, activándose sobre todo
en situaciones de vulnerabilidad. Su presencia es de fundamental importancia,
ya que regula la experiencia emocional, y brinda al bebé una vivencia de
seguridad. Una falla en la construcción de vínculos de apego en la infancia, ya
sea por carencia total o interrupción del vínculo estrecho, genera un impacto
que repercute en la autoestima del pequeño y en la calidad de los vínculos que
pueda construir más adelante. En casos extremos puede llegar a desarrollarse un
trastorno mental.
Es por eso que es importante favorecer un entorno propicio para que el bebé pueda desarrollar la conducta de apego. De esta forma, se lo ayuda a que construya una imagen de sí positiva, y pueda generar vínculos fuertes y positivos en el futuro.
Es por eso que es importante favorecer un entorno propicio para que el bebé pueda desarrollar la conducta de apego. De esta forma, se lo ayuda a que construya una imagen de sí positiva, y pueda generar vínculos fuertes y positivos en el futuro.


No hay comentarios:
Publicar un comentario